miércoles, 8 de octubre de 2008

Tortura y fuertes sollozos

Publico este inhallable artículo de Vonnegut, a modo de homenaje. Les comentaré acerca de estas tres palabras que forman el título de esta obra:
  • Guampetero: objeto alrededor del cual pueden resolverse las vidas de mucha gente que de otra manera no estarían relacionadas. El Santo Grial podría servir de ejemplo.
  • Foma: mentira piadosa dicha con la intención de reconfortar a las almas simples. Ejemplo: "La prósperidad está a la vuelta de la esquina".
  • Granfalún: orgullosa asociación de seres humanos que carece de sentido.

Tortura y fuertes sollozos, por Kurt Vonnegut, JR.
Artículo compilado en Guampeteros, Fomas y Granfalunes, Grijalbo, Barcelona 1977.
Traducción: Marcelo Covian - Título original: Wampeters, Foma & Granfalloons, 1974.


Cuando yo era un joven lector de cuentos de Robin Hood y de The White Company de Arthur Conan Doyle y demás, me encontré tantas veces con el verbo “blubber” que lo busqué en el diccionario. La gente mala lo hacía cuando la gente buena los castigaba con rigor. Por supuesto, el verbo significa, llorar sonoramente y sin restricciones. Jamás una persona buena lo hacía en las historias.

Pero no es fácil hacer llorar de ese modo a un hombre sano por más pérfido que sea. Entonces los buenos han inventado artefactos que producen más fácilmente el llanto incontrolado: el caballete, la calceta, la picana, la silla eléctrica, la cruz, las empulgueras. Y las empulgueras están mencionadas en lo publicado de la historia secreta de Vietnam. El ex asistente del Secretario de Defensa, John McNaughton, habla de cada bombardeo en el Norte como “…una vuelta más de torniquete.”

Es simple: nosotros somos los torturadores y en un momento tuvimos la esperanza de ganar en Indochina y en todos lados porque teníamos los instrumentos de tortura más caros de cuantos se hayan inventado. Me acuerdo ahora de la Armada española cuyos barcos tenían cámaras de tortura en las bodegas. Los ingleses protestantes iban a ser obligados a gritos.

Los ingleses se negaron.

Ahora se han negado los norvietnamitas y los vietcongs. Muchos de ellos han llorado como locos, como individuos, Dios lo sabe, cuando se los embadurnaba con gasolina gelatinosa, cuando se los sazonaba con fósforo blanco, cuando se los encerraba en jaulas como si fueran animales y se los rociaba con cal. Pero sus sociedades continúan luchando.

El dolor nunca logró que una sociedad dejara de luchar, que yo sepa. Una sociedad tienen que ser capturada o aniquilada… o que le ofrezcan cosas que considera valiosas. Mientras Alemania era torturada durante la segunda guerra mundial, con justicia su producción industrial y la determinación de su pueblo aumentaron. Hitler, según Albert Speer, ni siquiera podía ser molestado para que se sorprendiera ante las ruinas o reconfortara a los sobrevivientes. Los biafreños fueron torturados de forma sistemática por nigerianos, rusos e ingleses. Sus niños se murieron de hambre. Los adultos eran esqueletos vivientes. Pero lucharon.

Uno se pregunta si a nuestros líderes no se les habrá ocurrido que la tortura masiva nos daría resultados positivos en Indochina. Nunca lo hizo en ningún sitio. Pienso que sacaron la idea de la ficción infantil y de una atracción infantil por la tortura.

Los niños hablan mucho de tortura. A menudo inventan unas que esperan que sean novedosas. Recuerdo que un amigo me dijo siendo niños:

- ¿Quieres saber de una tortura realmente estupenda?

Y luego describió una maquinaria de tormento extremadamente complicada.

Una cruz sería más barata y funcionaría mejor, también.

Pero los niños creen que el dolor es un medio eficaz para controlar a la gente, que no lo es, salvo en un sentido localizado y a plazo corto. Creen que el dolor puede cambiar el espíritu y no es así. Ahora la historia secreta del Pentágono revela que muchos adultos norteamericanos y muy poderosos piensan lo mismo; y algunos de ellos son profesores universitarios. Que se avergüencen de su ignorancia.

La tortura desde el aire fue la única estrategia militar que nos quedaba, supongo, ya que la exterminación o la captura del pueblo norvietnamita hubiera hecho estallar la tercera guerra mundial. Y en ese caso, a nosotros nos hubieran torturado desde el aire.

Lamento que hayamos probado la tortura. Lamento que hayamos intentado cualquier cosa. Espero que jamás volvamos a intentar la tortura. No funciona. Los seres humanos son animales tercos y valientes en todas partes. Pueden soportar inmensos dolores si tienen que hacerlo. Los vietnamitas y vietcongs han tenido que hacerlo.

Un buen espectáculo.

La Armada norteamericana en Indochina ha tenido miras tan estrechas y ha sido tan inútil como la Armada española con Inglaterra aunque eficazmente más cruel. Sólo veintisiete mil hombres se vieron envueltos en el fracaso español. Nos dicen que tenemos más drogadictos, que esa cantidad, de soldados en Vietnam. Viva la victoria.

No importa quién sea el equivalente americano de Felipe II de España. No importa quién mintió. Todos se deberían callar la boca por un tiempo. Que se haga un silencio mortal mientras nuestra Armada regresa a casa.

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